Femicidio de Martina Díaz: descartaron que el disparo haya sido accidental

Este jueves declararon peritos del CIF y un policía del destacamento de Angastaco. El imputado había referido que el balazo que mató a Martina fue accidental.

Policiales 18/08/2022 Defrentesalta Defrentesalta
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Juicio por el femicidio de Martina Díaz.

CUARTA A FONDO - REPUESTOS

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Este jueves declararon peritos del CIF y un policía del destacamento de Angastaco. La fiscalía solicitó la incorporación por lectura de los testimonios brindados en la etapa investigativa por el abuelo (Faustino Guitián) y el hermano del imputado (Pascual Suárez), quienes estuvieron presentes en el lugar del hecho. La defensa se opuso y los jueces difirieron la decisión para mañana.

El primer testigo en declarar este jueves fue un efectivo del destacamento policial de Estancia Jasimaná (Angastaco) que colaboró con personal de la Brigada de Investigaciones al momento de la detención del acusado. Dijo que la comisión partió hacia Pampa Llana en vehículos y, a partir de allí, siguieron en motocicletas hasta El Catriel, lugar donde ocurrió el homicidio. Luego recorrieron a pie diferentes puestos de la zona. El testigo actuó como guía. Contó que el imputado fue localizado y detenido durante un segundo viaje que hizo la comisión. Gregorio Suárez estaba oculto en una vivienda abandonada ubicada al lado de un río, en un paraje llamado Cerro Negro. En el mismo lugar encontraron el arma que habría utilizado para dispararle a la víctima.

Durante la jornada también declararon dos licenciados en Criminalística (un perito del CIF y un perito de parte de la Corte) que analizaron la mecánica del hecho en base a las declaraciones testimoniales brindadas por el imputado y a pruebas reunidas.

Luego de su detención, Gregorio Suárez dio su versión y sostuvo que, estando preso, logró recordar que ese día él había estado tomando bebidas alcohólicas con su hermano. Entonces llegó Martina y él le reclamó porque había demorado en volver de Pampa Llana. Ella le explicó que había aplazado su regreso porque no encontraba coca para el abuelo.

El acusado sostuvo que él estaba convencido de que ella tenía otro hombre. Le pidió a Martina su teléfono y ella le dijo que no tenía batería. Entonces discutieron. Fueron hacia el corral y él le dijo que se iba a quitar la vida. Ella le pidió que hablaran y quiso quitarle el arma. Fue en ese forcejeo que él tropezó con una piedra, presionó el gatillo sin querer y la bala le dio a Martina.

Gregorio Suárez agregó que, ante esto, se asustó, decidió no matarse y huyó a los cerros para esconderse.

Los peritos indicaron que intentaron recrear el suceso siguiendo el relato del imputado. Señalaron que, conforme a las diligencias llevadas a cabo, el acto de tropiezo no pudo producir un disparo accidental. Ante consultas de la defensa, aclararon que los parámetros no son fijos porque la fuerza utilizada varía de acuerdo a cada persona y diversos factores.

El arma secuestrada es un tipo de carabina modificada (de semiautomática a tiro a tiro). Los testigos indicaron que, por sus características, después del disparo, quien la manipulaba debió mover una manivela voluntariamente hacia atrás para expulsar la vaina encontrada en el lugar del hecho.

En función de la forma en que se debe cargar el arma, y de acuerdo a resultados de pericias balísticas realizadas en casos de disparos accidentales, los peritos aseveraron que quien manipuló la carabina tenía conocimiento acerca de su funcionamiento.

Finalmente declaró un perito del CIF que tuvo a su cargo el análisis del teléfono de la víctima. Indicó que no existía intercambio de mensajes entre Martina Díaz y Gregorio Suárez. Luego se verificó que el acusado no manejaba celular.

Concejo deliberante

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